viernes, 28 de septiembre de 2012

Voló en Berlín - Jesse Owens


El 25 de mayo de 1935, James Cleveland “Jesse” Owens pasó a la fama internacional al batir cuatro récords mundiales en una competición estatal en Michigan. Esos récords fueron en 100 metros lisos, salto en longitud, 220 yardas y 220 yardas con vallas. De esa forma se ganó la plaza para participar al año siguiente de los Juegos Olímpicos en Berlín.
En Alemania estaba Hitler, líder de un régimen autoritario que ponía a la raza aria sobre las demás.
Owens era negro e hijo de un granjero. Hasta ese día se ganaba la vida trabajando en una estación de servicio. De joven se podía saber que su fuerte era el atletismo. Hubo muchas universidades que querían ficharlo y terminó eligiendo la Universidad Estatal de Ohio porque le prometieron trabajo a él y a su padre. En ese lugar consiguió sus primeros récords. Ocho campeonatos del National Collegiate Athletic Association fueron el resultado de su paso por la universidad entre 1935 y 1936. Con su velocidad sorprendió al mundo del atletismo. Tenía un gran desafío. Demostrar, en la cara de Hitler, que la teoría nazi era equivocada. Después de su actuación en Michigan se ganó el sobrenombre de “El antílope de ébano”.
Al llegar el momento de la competencia olímpica, Hitler celebraba efusivamente los triunfos de los alemanes. Aplaudía con entusiasmo hasta que llego el turno del norteamericano de raza negra y pobre pero que, un año atrás, el mundo había puesto los ojos en él.
Jesse consiguió cuatro medallas de oro sumando que conquistó estas preseas con récords mundiales. En la cuarta lograda por el atleta, Hitler se retiró enfurecido del estadio y omitió el saludo con Owens.
De todos modos Owens le quitó importancia a esta anécdota histórica y replicó al reprochar:“Cuando volví a mi país natal, después de todas las historias sobre Hitler, no pude viajar en la parte delantera del autobús. Volví a la puerta de atrás. No podía vivir donde quería. No fui invitado a estrechar la mano de Hitler, pero tampoco fui invitado a la Casa Blanca a dar la mano al Presidente”. Ante este hecho, Franklin Roosevelt admitió que no recibió a Owens porque se encontraba en campaña presidencial y temía reacciones de sectores rascistas.
Después de los Juegos, se tuvo que ganar la vida auto promocionándose, animando espectáculos. Hasta como diskjockey de una disco en Chicago. Organizaba carreras contra caballos y puso un lavadero que no prosperó. También se hizo bailarín y trabajó con los Harlem Globetrotters.



Jesse Owens nació en Oakville, Estados Unidos, el 12 de septiembre de 1913. Participó de los Juegos Olímpicos de Berlín 1936. Ganó las medallas doradas en los 100 y 200 metros lisos, salto de longitud y en la carrera de relevos 4x100 metros. Por esto fue el atleta más importante y exitoso de esos Juegos.
Murió prácticamente en la pobreza en Tucson, Arizona, el 31 de marzo de 1980.

lunes, 24 de septiembre de 2012

“En Israel llegué con un paracaídas”


Adrián González, ex líbero de la Selección, visitó ETER y habló de su pasado y presente. En una charla distendida reflexionó sobre la actualidad de la Liga Nacional y sus experiencias en el exterior y en el equipo argentino. Contó sus planes en la UAI y sus actividades extradeportivas. No se guardó nada y amablemente respondió todas las inquietudes de los alumnos de 2° año de periodismo deportivo.

-¿Cuál sería el primer paso para expandir al voleibol de forma profesional?
- Toda difusión tiene que ver con lo económico. Hay equipos que consiguen buenos sponsors pero después se caen esos negocios. Pasaba que muchos equipos que venían del ascenso se les complicaba con el presupuesto. Esto hacía que haya jugadores que cobraban mucho más que los de otros clubes. Pero el factor principal es el dinero.

-¿Crees que las figuras que tiene Bolívar le quitan competitividad a la Liga?
- Sí. El tema es que a Bolívar se lo considera un fracaso si no gana el Torneo y tiene que jugarse a todo o nada.

-¿Cómo era la competencia en los países que jugaste en el exterior?
- En todos los países que fui, hay mucha diferencia entre los 4 equipos con más presupuesto con los demás. Por ejemplo en Brasil hay mucha cantidad de jugadores. Se juega al voleibol en todos lados y hay muchos semilleros. Allí el deporte es considerado una gran salida laboral. En lo político apuesta fuerte a la práctica profesional.

-¿Qué factor te motivó para ir a jugar a Israel?
-  Llegué con un paracaídas. Me habían ofrecido durante 5 años seguidos ir allá. No me convenía económicamente, ni deportivamente. Había firmado con un equipo de República Checa y estuve unas pocas semanas porque me hicieron jugar un torneo previo al rayo del sol, en polvo de ladrillo y para colmo, todo el día. Encima no clasificamos a la final. Y después querían que vuelva a jugar otro torneo igual. En el contrato no estaban esas condiciones por eso llegamos a un acuerdo, rescindí y ya que estaba en esa zona me fui a Israel. Aposté a vivir en una cultura distinta.

-¿Y cómo te fue?
- Fue una experiencia bárbara. Hay muchos mitos sobre las diferencias culturales. El equipo que me quería, vive en un kibutz que es una comunidad que se autoabastece. El día que entré, me presentaron y me dieron un número de identificación.

- A nivel deportivo, ¿cuál fue la experiencia más rica? ¿Y la peor?
- Disfruté mucho Portugal. En República Checa me costó mucho adaptarme a la sociedad. No sabía ni cómo tomarme el colectivo porque había una máquina gigante. La gente no me entendía porque no hablan inglés. Increíblemente la policía te multa por todo y cómo no me entendían me dejaban ir. De hecho en el equipo había un portugués y sabía que yo había jugado en su país y cuando entré al vestuario, en medio de la charla técnica, el tipo se levantó y, sin conocerme, me dio un abrazo. Hacía 15 días que no salía de la casa ni hablaba con nadie.

- Después de ese momento, ¿venías decidido a retirarte? ¿Por qué te decidiste por no?
- Ya lo tenía en mente. Además mientras jugaba estudié dirección de cine y no había podido ejercer la profesión por el voleibol que lleva un tiempo meterse. Me metí en producción de televisión pero extrañé el deporte y después de un año volví para estar en la UAI. Me gustó el proyecto porque fomenta la educación a través del deporte.

- Cuando estabas en la Selección, ¿cómo fue no tener Federación?
- Hubo varios técnicos que no querían agarrar. En dos días nos dicen que viajábamos a Brasil para el Sudamericano que clasificaba a JJOO. No teníamos tiempo para entrenar acá asique entrenamos un día antes del partido allá. No había camisetas, ni trajes para usar en el viaje. Estábamos con la indumentaria de dónde  jugaba cada uno. El mánager fue a buscar por la ciudad a buscar camisetas argentinas en los locales de ropa deportiva.

-¿Hacés algo más además de esto?
- Después de terminar dirección de cine, me metí en producción de publicidad. Ahora estoy terminando la licenciatura en publicidad en la UAI. Y hago trabajos free lance en comunicación y diseño.



Adrián González tiene 35 años. Lo apodan “El Chino”. Juega de líbero. Empezó siendo receptor punta hasta que lo llamaron de la Selección Mayor y fue uno de los primeros en actuar en esa posición. También integró el equipo argentino en juveniles. Con lo que respecta a clubes nacionales, González actuó en Ferro y en PSM (Puerto San Martín). En el exterior compitió en República Checa, Israel, Brasil y Portugal. Hasta la temporada pasada estuvo en la División de Honor en la Universidad Abierta Interamericana (UAI). En esta institución lidera un proyecto de educación/deporte. Todavía no decidió si va a continuar jugando al voleibol. Estudió dirección de cine y licenciatura en publicidad.

domingo, 9 de septiembre de 2012

El club que ya no es el mismo

Luis recuerda los bailes de fin de semana en el Club Social Villa Crespo como si hubiese ido hace unos días con su grupo de amigos. Al mencionar al equipo de básquet en la Primera División, sus pupilas rebotan como lo hacía la pelota naranja en los tiempos gloriosos. Cuando habla de la historia del club siente un orgullo inexplicable para quienes no lo vieron. "En el club viví toda mi infancia, me gustaría que mis nietos también vivieran sus primeros años allí", cita Luis, apodado "Chapita". Tiene 78 años y vivió en Villa Crespo durante las décadas del 40´ y 50´. "Cuando se organizaban los bailes se movilizaba todo el barrio", dice Chapita con una voz débil producto de un cáncer en las cuerdas vocales. El club se fundó en octubre de 1900. Albergaba a los chicos y jóvenes del barrio con una cuota baja para usar las instalaciones, de esta manera el club fue tomando relevancia en la vida de los vecinos. Hoy el club está concesionado. Armando Grimberg, ex director técnico de básquet y actual Presidente honorario de la institución dice que para que no desapareciera el Club Social era necesario darlo en concesión para seguir teniendo el espacio. Los problemas económicos en la década del 90´, sumado al cambio de la sociedad de preferir otros hábitos llevaron a la Comisión Directiva a cederle el espacio a la red de gimnasios Megatlón por un contrato de 20 años. De todos modos se puede seguir haciendo diferentes ejercicios. Chapita y Armando aseguran que de forma bimestral se juntan a cenar y a recordar viejas anécdotas. Para los que la entidad fue parte de su vida sienten que sepultaron ese lugar aunque en el frente siga estando la pequeña chapa con el nombre de Villa Crespo en la puerta de entrada del gimnasio. Está en Juan B. Justo y Corrientes. Se practicaba patín, natación, pelota paleta y tenis. Pasaron estrellas del deporte como León Najnudel, impulsor de la Liga Nacional de Básquet; Daniel Scioli, Campeón Mundial de Off Shore, su padre fue presidente de la institución; y Norberto Battilana, campeón internacional de básquet con el club.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Los Juegos Olímpicos importan poco a los argentinos

En la vida de un deportista se sueña con participar de un Juego Olímpico. Representar y dejar una buena imagen de tu país, son los objetivos. Sin embargo, la mirada de los argentinos sobre deportistas nacionales es negativa. No sólo la población le da poca importancia a la competencia, sino que también se critica el rendimiento en general. Germán, un policía que hace guardia diariamente en las calles del barrio porteño de Villa Crespo, dice que ve los resúmenes nocturnos. "La actuación argentina fue pobrísima, me costó engancharme con los Juegos", se sinceró el uniformado. Por su parte, Manuel, que trabaja en un kiosco en Corrientes y Juan B Justo, dice tener una admiración por Juan Martín Del Potro. Se levantó el domingo de la semana pasada para disfrutar el bronce conseguido ante Novak Djokovic. "Me desperté a las 7, compré unas facturas para desayunar con mi mujer para ver el match", dice el kioskero mientras saca de un cajón un VHS con la grabación del partido. Sin embargo criticó la mediocridad en la cantidad de medallas conseguidas y cree que los diplomas no sirven de nada, porque "al podio no subís". Hay mucha gente que cree que varias disciplinas no son un deporte y otros apuntan a Gerardo Werthein, presidente del ENARD. Es el caso del maquinista Juan Carlos que dice: "El tiro al blanco es cualquiera, hay deportes que me aburren. Además, Werthein se debe robar algo de plata". Está a la vista la disconformidad de los argentinos. Lo llamativo es la poca atención que le damos. No estuvo Messi. Quizás hubiésemos visto más fútbol.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Puntero con pocas luces

Boca está en la cima del Torneo. Pero Rafaela lo puso en aprietos y si no era por las manos de Ustari, se llevaba un empate de la cancha de Vélez en la última jugada. Falcioni no encuentra cómo reemplazar a Riquelme. El equipo no juega. Es sencillo bloquear el sistema de creación de Boca. Chávez no funciona como enlace. Erviti está apagado y Ledesma no llega al gol ni habilita a los delanteros. Somoza, salvo en el pase gol a Viatri, está impreciso y genera el murmullo del público. Silva no la toca y hasta le tocó ser reemplazado. Es un desperdicio tener de lateral a Sánchez Miño, primero piensa en defender y después en atacar. Las falencias están al descubierto. El 4-4-2, su táctica favorita, es una variante, otra el ingreso del chico Paredes. Y en la delantera, uno por adentro y otro por afuera, puede ser Acosta, como la historia de Boca lo indica. La suerte está del lado boquense. El problema será cuando deje de tenerla. Deberá sellar la grieta antes de que llueva y el agua lo tape.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Ringo, el extrovertido

“¡A ese lo mato!”. Corto y contundente. Cada vez que hablaba, las palabras de Oscar Bonavena resonaba en la prensa o en la gente que estaba en su alrededor. Ringo, como se hizo apodar por el baterista de Los Beatles, fue un boxeador que se lo conoció más por sus declaraciones, bromas y vida personal que por sus logros deportivos. Es cierto que se recuerdan grandes peleas de este peso pesado versus Muhamed Alí y Joe Frazier entre otros. Fue un gran boxeador como pocos o ninguno, no llegó a ser el mejor por sus pies planos. A esto se refirió Julio Ernesto Vila: “El boxeador no tiene que saltar. Tiene que desplazarse y por los enormes pies planos de Ringo, le era mucho más difícil que a sus rivales.” La mano hábil era la zurda, que se estropeó por los incorrectos golpes producto de los pies planos, fueron una amenaza latente para los Se crió en Parque Patricios junto con ocho hermanos. Pendenciero, fortachón y bromista, Oscar se convirtió en la pesadilla de los vecinos. Su madre, Doña Dominga, era una lavandera que con los años se haría famosa por sus pastas televisadas los domingos al mediodía. Hincha fervoroso de Huracán, comenzó su carrera deportiva en el club de sus amores. Pocos antecedentes tuvieron los despliegues publicitarios de Bonavena. Vendía sus peleas para que los estadios estén colmados. Esto le traería un premio económico importante. Ringo aceptó varias peleas más por la plata que por la importancia de la pelea. Tuvo que decidir entre trabajar en revistas de la calle Corrientes o ponerse a entrenar para pelear. La ideología política de Bonavena contra el Peronismo llegó a su punto máximo cuando en el gobierno de Isabel Martínez se prohibieron los alquileres. Cuando no boxeaba, Ringo vivía de rentas. Siempre estuvo muy ligado a los protagonistas políticos. Fue amigo de Carlos Menem, por entonces gobernador de la Rioja. Y hasta llegó a promover a un ex diputado del Partido Intransigente. Las mujeres ocuparon gran parte de su vida. Su madre, Dora con la que tuvo dos hijos, una prostituto con la que se casó en EEUU y una misteriosa relación con Sally, esposa de un mafioso, que pudo haber conspirado para que lo mataran. Como en toda su carrera deportiva se enfrentó a un rival superior sin medir consecuencias. La mafia y sus ambiciones de querer más acabaron con su vida el 22 de mayo de 1976 a los 33 años. Pero el carisma y lo bonachón que era, quedó en el recuerdo de los argentinos.