domingo, 19 de mayo de 2013

Perfil sobre diariero


Tiene el puesto en Avenida Corrientes y Serrano

De diarios y revistas

Manuel Lago nació y se crió en el barrio pero vive en la Provincia. De todas formas trabaja como canillita en el corazón de Villa Crespo, lugar del que nunca se alejó.

Por Pablo De Paris

Parece raro decir que alguien se levanta todos los días del año a las 4 de la mañana, no tiene feriados, ni excusas para ausentarse al trabajo. La realidad muestra que mucha gente hace esto. ¿Quién no tiene un diariero de confianza? Siempre está en su puesto rodeado de diarios y revistas. Manuel Lago es uno de ellos.
Este canillita de 33 años nació, llamativamente, un 7 de noviembre, mismo día que se festeja su profesión y uno de los pocos días que no se trabaja en este rubro. Llegó a tener su propio quiosco gracias a la insistencia de su papá, Carlos, que también lo es. Lo tiene ubicado en plena Avenida Corrientes y Serrano, corazón de Villa Crespo. “De casualidad empecé con esto, fue gracias a mi padre que me lo propuso. Además gano casi el doble que en el otro laburo que tenía”, afirma el dueño de un Peugeot 206 naranja con el que hace el reparto.
A pesar de vivir en Ituzaingo, Manuel tiene un importante sentido de pertenencia con el barrio y fue uno de los motivos por el cual decidió instalarse a trabajar allí. Este muchacho encorvado y con claras muestras de calvicie nació y vivió hasta su juventud en un edificio de la calle Gurruchaga y Avenida Corrientes a metros del legendario bar San Bernardo y a dos cuadras de donde levanta pilas de papeles para venderles a sus clientes.
“A Manu lo conozco desde que tenía 6 años. Jugaba al fútbol con mi hijo. Y cuando me enteré que instalaba su puesto en el barrio no dudé en venir a comprarle todos los días el diario a él”, memoriza Claudio, un vecino de Villa Crespo y cliente de Manuel.
En general, el diariero es muy querido en el barrio, es alguien de confianza y también es aquel que se entera de cosas que, por estar en la calle todo el día en contacto con vecinos, alguien que trabaja en una oficina no puede. Justo salió el tema de la inseguridad y me dice: “El otro día vi como un travesti le robaba a un tipo a las 5 de la mañana”.
Manu, como la mayoría de los canillitas, está muy informado. Lee entre dos y tres diarios por día y tiene variedad de revistas para ojear cuando los periódicos lo aburren. Sabe de política, deportes, espectáculos y se anima a opinar de economía pero prefiere “no hacer comentarios en contra del Gobierno porque la gente es muy prejuiciosa”.
A los 12 años, Manu quería ser futbolista. Lo comenta cuando agarra El Gráfico con la tapa del mes pasado que muestra a los jóvenes sub 23 que juegan en la Argentina.
Le encanta dónde está por la libertad que tiene. Cuando quiere cierra y se va. Es dueño de su propio trabajo. Y es dueño de su propia vida porque vive sólo y no está en pareja.

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