lunes, 27 de agosto de 2012

De la pelota ni hablar

Poco fútbol para tanta violencia. En la última semana se vivieron hechos lamentables. Los casos de Chicago y el del último fin de semana entre las facciones de La Doce son la síntesis de que algo sigue mal. Este último caso atemoriza. No sólo ir a la cancha es peligroso sino que a kilómetros del campo de juego también. En la ruta hacia Santa Fe, los barras de Boca, se tiraron a matar. Resultado final: cinco heridos.
“Es triste que no se pueda disfrutar de un deporte que sirve como entretenimiento”, alza la voz la gente. La realidad es que el cáncer en el fútbol no es un pase mal dado o una fallida definición al arco. La violencia tomó hace años un protagonismo indeseado e incontrolable. La corrupción, la incompetencia, la complicidad y la falta de responsabilidad de los gobernantes ayudan a que este problema sea una constante. La mafia en el fútbol es un asunto impregnado en el saber popular. El poder por el control de los negocios que hay atrás de la pelota, hacen del fútbol argentino, una vergüenza nacional. Pero en este baile se están poniendo en peligro la vida de personas que quieren cantar y disfrutar de un espectáculo deportivo. Nos acostumbramos a las noticias dignas de ver en policiales pero en la parte de deportes, donde los goles y los lujos pasan a un segundo plano. ¿Cambiará esto? Difícil si no hay propuestas firmes y concretas.

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