lunes, 24 de septiembre de 2012

“En Israel llegué con un paracaídas”


Adrián González, ex líbero de la Selección, visitó ETER y habló de su pasado y presente. En una charla distendida reflexionó sobre la actualidad de la Liga Nacional y sus experiencias en el exterior y en el equipo argentino. Contó sus planes en la UAI y sus actividades extradeportivas. No se guardó nada y amablemente respondió todas las inquietudes de los alumnos de 2° año de periodismo deportivo.

-¿Cuál sería el primer paso para expandir al voleibol de forma profesional?
- Toda difusión tiene que ver con lo económico. Hay equipos que consiguen buenos sponsors pero después se caen esos negocios. Pasaba que muchos equipos que venían del ascenso se les complicaba con el presupuesto. Esto hacía que haya jugadores que cobraban mucho más que los de otros clubes. Pero el factor principal es el dinero.

-¿Crees que las figuras que tiene Bolívar le quitan competitividad a la Liga?
- Sí. El tema es que a Bolívar se lo considera un fracaso si no gana el Torneo y tiene que jugarse a todo o nada.

-¿Cómo era la competencia en los países que jugaste en el exterior?
- En todos los países que fui, hay mucha diferencia entre los 4 equipos con más presupuesto con los demás. Por ejemplo en Brasil hay mucha cantidad de jugadores. Se juega al voleibol en todos lados y hay muchos semilleros. Allí el deporte es considerado una gran salida laboral. En lo político apuesta fuerte a la práctica profesional.

-¿Qué factor te motivó para ir a jugar a Israel?
-  Llegué con un paracaídas. Me habían ofrecido durante 5 años seguidos ir allá. No me convenía económicamente, ni deportivamente. Había firmado con un equipo de República Checa y estuve unas pocas semanas porque me hicieron jugar un torneo previo al rayo del sol, en polvo de ladrillo y para colmo, todo el día. Encima no clasificamos a la final. Y después querían que vuelva a jugar otro torneo igual. En el contrato no estaban esas condiciones por eso llegamos a un acuerdo, rescindí y ya que estaba en esa zona me fui a Israel. Aposté a vivir en una cultura distinta.

-¿Y cómo te fue?
- Fue una experiencia bárbara. Hay muchos mitos sobre las diferencias culturales. El equipo que me quería, vive en un kibutz que es una comunidad que se autoabastece. El día que entré, me presentaron y me dieron un número de identificación.

- A nivel deportivo, ¿cuál fue la experiencia más rica? ¿Y la peor?
- Disfruté mucho Portugal. En República Checa me costó mucho adaptarme a la sociedad. No sabía ni cómo tomarme el colectivo porque había una máquina gigante. La gente no me entendía porque no hablan inglés. Increíblemente la policía te multa por todo y cómo no me entendían me dejaban ir. De hecho en el equipo había un portugués y sabía que yo había jugado en su país y cuando entré al vestuario, en medio de la charla técnica, el tipo se levantó y, sin conocerme, me dio un abrazo. Hacía 15 días que no salía de la casa ni hablaba con nadie.

- Después de ese momento, ¿venías decidido a retirarte? ¿Por qué te decidiste por no?
- Ya lo tenía en mente. Además mientras jugaba estudié dirección de cine y no había podido ejercer la profesión por el voleibol que lleva un tiempo meterse. Me metí en producción de televisión pero extrañé el deporte y después de un año volví para estar en la UAI. Me gustó el proyecto porque fomenta la educación a través del deporte.

- Cuando estabas en la Selección, ¿cómo fue no tener Federación?
- Hubo varios técnicos que no querían agarrar. En dos días nos dicen que viajábamos a Brasil para el Sudamericano que clasificaba a JJOO. No teníamos tiempo para entrenar acá asique entrenamos un día antes del partido allá. No había camisetas, ni trajes para usar en el viaje. Estábamos con la indumentaria de dónde  jugaba cada uno. El mánager fue a buscar por la ciudad a buscar camisetas argentinas en los locales de ropa deportiva.

-¿Hacés algo más además de esto?
- Después de terminar dirección de cine, me metí en producción de publicidad. Ahora estoy terminando la licenciatura en publicidad en la UAI. Y hago trabajos free lance en comunicación y diseño.



Adrián González tiene 35 años. Lo apodan “El Chino”. Juega de líbero. Empezó siendo receptor punta hasta que lo llamaron de la Selección Mayor y fue uno de los primeros en actuar en esa posición. También integró el equipo argentino en juveniles. Con lo que respecta a clubes nacionales, González actuó en Ferro y en PSM (Puerto San Martín). En el exterior compitió en República Checa, Israel, Brasil y Portugal. Hasta la temporada pasada estuvo en la División de Honor en la Universidad Abierta Interamericana (UAI). En esta institución lidera un proyecto de educación/deporte. Todavía no decidió si va a continuar jugando al voleibol. Estudió dirección de cine y licenciatura en publicidad.

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